A mediados del siglo XVII,
por los años próximamente de 1660, cuando la agricultura
se hallaba en estado de embrión, cuando la propiedad estaba desatendida
y cuando la riqueza más importante de nuestra amante Castilla era
la ganadería, entonces el suelo que hoy ocupa el pueblo de La Mudarra,
estaría cubierto de matorrales, espinos y carrascos, sería
un campo inculto, un erial, y rodeado de montes.
En este estado, la tradición
no interrumpida de los habitantes de este pueblo nos dice: que sus primeros
moradores y fundadores fueron unos ingeniosos, emprendedores y laboriosos
gallegos, que dejaron su tierra natal y que buscaron este campo, que les
había de labrar su bienestar y su felicidad. Esto que nos dice la
tradición, queda probado y demostrado por los datos, que me ha proporcionado
el archivo de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario en sus primeros
libros sacramentales. Sus primeras partidas de nacimientos y matrimonios
que se inscribieron en dichos libros, terminantemente dicen: 1.º Que
este término municipal pertenecía a la jurisdicción
de la ciudad de Medina de Rioseco. 2.º Que esta única iglesia
parroquial se terminó de construir y se inauguró para el
culto público en Abril de 1679, siendo nombrado su primer cura don
Manuel Marcos Otero, por el Cabildo de Medina de Rioseco. 3.º que
los que por entonces se bautizaron en tal iglesia eran hijos legítimos
de padres naturales de Galicia y residentes en el barrio de la Mudarra.
4.º Que en el folio primero del primer libro de matrimonios de esta
iglesia hay cinco notas de otros tantos matrimonios que se celebraron en
la iglesia de Santa María de Rioseco por el año 1672, antes
de haberle en el Barrio de la Mudarra.
En ellas se deja ver que los
contrayentes son naturales de Galicia e hijos de padres, que siendo también
gallegos, eran vecinos del arrabal o barrio de La Mudarra. Vista la época
o año en que se casaron estos viajeros gallegos y la edad que se
supone tendrían cuando dejaron su patria, resulta
probado que los primeros habitantes de la Mudarra
eran originarios del Reino de Galicia, y que la época en que éstos
fijaron sus reales en este rincón de Castilla, fue a mediados del
siglo XVII.
SITIO DE ELECCIÓN.
¿Por qué los primeros habitantes o fundadores del pueblo de la Mudarra eligieron como sitio predilecto el que hoy ocupa y no otro? Vista la posición topográfica que ocupa el pueblo de la Mudarra; y al tener en cuenta que es el punto más próximo al gran caudal de aguas y a su frondoso valle; que le rodea por su parte E. y S.; y considerando que el descenso a dicho valle se hace desde este punto de una manera más fácil y cómoda, tanto por parte de las personas como de sus ganados; resultando que la orientación que tiene este sitio o lugar es la del S., y que esta orientación es la más a propósito para que un pueblo se vea defendido del refinado viento norte, que tanto se deja sentir en el dilatado páramo de La Mudarra; y que por otra parte la distancia que tiene con los pueblos inmediatos, es de 12 k. a Villalba, 14 k. a Villanubla, 9 k. a Peñaflor, 8 k. a Castromonte y 16 k. a Medina de Rioseco; y como los sitios cuanto más lejanos de los pueblos, tanto más desatendidos y abandonados están; por estas y otras razones, que están al alcance del que medianamente piense, se infiere que el elegir este y no otro sitio, fue por ser el más a propósito y conveniente para ver realizados sus ideales sueños, descansar tranquilos en este pueblo y poder llegar a ser felices.
LOS PRIMEROS HABITANTES DE LA MUDARRA.
He visto detenidamente las
partidas de nacimientos, matrimonios y defunciones, inscriptas en los libros
primeros sacramentales de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario
de La Mudarra, que empiezan en Abril de 1679, y he llegado a convencerme
de que los apellidos más frecuentes en todas ellas son: Franco,
López, Del Río, Fernández, García, Rodríguez,
Piñeiro y Carballo. De que todos estos apellidos son propios y pertenecen
a los expedicionarios gallegos, que fijaron su residencia en este sitio,
y se les considera corno primeros habitantes.
1.º El primero y más
importante de los fundadores del pueblo de La Mudarra fue: Miguel Franco,
casado con Isabel García, naturales de la provincia de Lugo; quiénes
al venir de su país y hacerse vecino o habitante de este lugar,
tenían ya dos hijos, Francisco e Inés Franco García,
habiéndose casado el primero con Ángela Pérez de Peñaflor,
y la Inés con Alonso Vicente por el año de 1693, natural
de Villalba de Alcor. Estos nuevos matrimonios siguieron la misma suerte
de ser vecinos de La Mudarra. Considero al tal Miguel como el más
respetable de los fundadores, porque en 20 de Octubre de 1679 figura ya
como Alcalde de Barrio. Otras veces se le ve figurar como padrino de los
bautizados, del Sacramento del matrimonio, y como testigo en todos los
Sacramentos.
2.º Un segundo matrimonio,
Simón del Río y Ángela López, naturales de
Galicia, aparecen tener un hijo también natural de Galicia, cuando
vinieron a fijar su residencia en este sitio de la Mudarra. Este hijo se
casó con una de Peñaflor por el año de 1672, figurando
y viniendo a ser un vecino del Barrio de La Mudarra.
3.º Juan Rodríguez
y su esposa Carolina Vázquez, naturales de Santollo de Monforte,
figuran como habitantes de La Mudarra en su origen, según consta
de una partida de matrimonio de un hijo de estos, que siendo también
gallego se casó ya en la Iglesia de La Mudarra, con María
Franco, hija del principal fundador Miguel Franco.
4.º En el año
1679 figuran como habitantes del lugar de La Mudarra Francisco López
y su esposa María Fernández, naturales de Bausela, provincia
de Lugo.
5.º Vicente López
y su esposa María González naturales de Mondoñedo,
y que tenían una hija, llamada María López González,
también gallega, figuran como habitantes del Barrio de la Mudarra
en su origen, como lo acredita la partida de matrimonio de esta su hija.
6.º He revisado los tres
primeros libros Sacramentales de la Iglesia de la Mudarra, y vista la procedencia
genealógica de apellidos, he podido convencerme de que todos ellos
convergen a determinados troncos; tal sucede con Antonio García
Piñeiro que se casó con Isabel Carballo en 28 de Mayo de
1688, a los pocos años de fijar su residencia los padres y contrayentes
en La Mudarra, siendo sus padres Juan García e Inés Piñeiro,
naturales todos de Villa-Bella (Lugo), que resultan ser también
primeros habitantes.
7.º En el mismo libro
de Matrimonios hay una partida de Juan de Lago Soto, que se casó
con María Martín, natural y vecina de Villalba de Alcor,
en el año de 1698. En dicha partida se dice que los padres de los
contrayentes son: Pedro Lago y María Soto: Que tanto los padres
como la hija son naturales de Bustofrío, adabía de San Julián
el Real del Reino de Galicia, y vecinos del Barrio, de La Mudarra, cuando
tuvo lugar este matrimonio; resultando, que el Pedro Lago fue natural de
Galicia y habitante de la Mudarra en su origen.
ETIMOLOGÍA DE SU NOMBRE, LA MUDARRA.
Queda demostrado, y consignado
en las precedentes páginas, que seis o siete familias gallegas,
que con sus hijos y ganados acamparon en el sitio que hoy ocupa La Mudarra.
En los primeros libros sacramentales
de esta Iglesia también se deja ver que este grupo advenedizo, esta
especie de cuadrilla gallega formó un caserío en este sitio,
una aldea medianamente poblada, viviendas de forasteros, sujetos a la jurisdicción
de Medina de Rioseco. El texto de las primeras partidas matrimoniales dice
que este grupo de forasteros tuvieron varios hijos, que se casaron en los
pueblos inmediatos, para luego ser nuevos vecinos del Barrio de Rioseco;
por manera que con esta conducta y en el pequeño espacio de tiempo
de dieciocho o veinte años su censo de población llegó
al número de 160 habitantes.
También se sabe que
cuando la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario se dedicó
al culto público en el año 1679, y cuando el cabildo de Medina
de Rioseco nombró su primer cura teniente, para que administrase
los Sacramentos a los habitantes de su Barrio, cobrara las limosnas para
redimir cautivos, los tributos para el sostenimiento de las autoridades
locales de Medina de Rioseco, desde entonces empezó a llamarse indistintamente
«Barrio de Mudarra», «Lugar de Mudarra», «Villamudara»;
y a su Iglesia se la consideró como hijuela o filial de la de Santa
María de la Ciudad de Rioseco.
Si los primeros habitantes
de este sitio hubieran prescindido de toda preocupación, que pudieron
tener, con seguridad que el nombre propio, que mejor le cuadraba, debió
de ser Barrio de Gallegos, agregado a Medina de Rioseco.
Mas por ocultar su nacionalidad
y porque se consideraban como un grupo de habitantes aislados, sin protección
municipal sujetos en todos los asuntos a la jurisdicción de Medina
de Rioseco, distantes de los pueblos inmediatos, y que no tenían
ni voz ni voto y que con razón se podían considerar corno
un Barrio mudo, un grupo de vecinos o habitantes forasteros prudentes,
callados, cobardes. De suerte que por no confesar su cobardía, se
vieron en la precisión de llamarle Villamudarra, Barrio de la Mudarra.
Lugar de la Mudarra, y últimamente La Mudarra.
TOPOGRAFÍA DE LA MUDARRA.
Antes de hacer la descripción
y delineación del pueblo de la Mudarra y referir minuciosamente
todas sus circunstancias, he de poner de manifiesto a grandes rasgos en
esta segunda parte la época naciente de ella; su edad media; la
época contemporánea y su independencia de jurisdicción.
Se sabe y queda consignado que seis o siete fueron
las familias que en un principio formaron este pueblo.
Y en esta época ¿cuál fue
su régimen Social?
1.º Ha sido y es costumbre entre los naturales
del Reino de Galicia, de que al salir de su suelo o patria natal, para
emigrar e ir a las Castillas en busca de trabajo, lo hacen por agrupación
o cuadrilla, y al frente de cada una figura un mayoral, capataz o jefe,
a quien confieren todos sus derechos, ofrecen sus respectos y consideraciones
y le hacen depositario de sus intereses, para su buen origen y mejor administración.
Esto ser una república bien organizada, (en miniatura). De suerte
que partiendo de esta tradicional costumbre, con fundamento se supone que
los primeros- habitantes de La Mudarra tuvieron que seguir este régimen,
y que su jefatura recayó en la persona de Miguel Franco, a quien
guardaban todo género de consideraciones sus paisanos y compañeros
de viaje.
Como al llegar al sitio de
su destino, nada tenían y de todo carecían, tuvieron que
ocuparse de la edificación de sus moradas, para librarse de las
influencias atmosféricas. Tuvieron que dedicarse a la agricultura,
para proporcionarse los artículos de primera necesidad. Como en
los pocos años siguientes el vecindario creció de una manera
considerable, para que este Barrio tuviera visos de pueblo agregado se
viera en la precisión de construir un templo, para poder ejercer
el culto religioso más cómodamente.
Cuando esto tuvo lugar su
censo de población era de 40 vecinos, según cálculo
tomado del número de nacimientos y defunciones, ocurridas en los
dos años siguientes.
Edad media de La Mudarra
Empieza esta época
con la construcción de la Iglesia, su inauguración para el
culto público y el nombramiento de su primer cura.
Apenas se terminó la
Iglesia, el muy digno Cabildo de Medina de Rioseco nombró cura teniente
en Abril de 1679 y tomó posesión inmediatamente. Desde esta
fecha cesaron las molestias e incomodidades que tenían los habitantes
de este Barrio, cuando iban a recibir algún Sacramento y conducir
algún cadáver a la Iglesia y Cementerio de Rioseco. Con la
inauguración de dicha Iglesia empiezan los libros Sacramentales
correspondientes; de suerte que todo el que necesite tina certificación
de nacimiento, defunción y matrimonio anterior a esta fecha de Abril
de 1679, sírvase ir al Archivo de la Iglesia de Santa María
de Medina de Rioseco, donde encontrará lo que busque. En esta fecha
la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario del Barrio de La Mudarra
figura como hijuela o filial de la matriz que lo es Santa María
de Rioseco.
La misión del señor
Cura teniente o auxiliar era: el administrar los Santos Sacramentos a sus
convecinos; cobrar los derechos de sepultura; recoger las rentas de las
fincas adjudicadas a dicha Iglesia, y los cereales y ganados que la correspondían
por la novena parte. Con todos estos medios se atendía a sostener
el culto y clero, se levantaban las cargas locales, y se atendía
a las necesidades de su distrito.
En Octubre de este mismo año
de 1679 ya figura como Alcalde el ingenioso fundador Miguel Franco, para
que resolviera las cuestiones locales de poca importancia, como Alcalde
de Barrio, y tomara parte en la elección de Mayordomo o depositario
de los bienes de la Iglesia en unión del señor Cura.
Época contemporánea de La Mudarra
Cansados los habitantes del
Barrio de La Mudarra de sufrir el enorme peso de subordinación a
la Ciudad de Medina de Rioseco, tanto en lo eclesiástico, como en
la parte jurídica-civil; y deseando alcanzar su independencia, su
libertad, cuando tenía visos de pueblo por el año de 1793,
puesto que su censo de población era de 320 habitantes, entonces
todos sus vecinos solicitan del Ilustrísimo señor de Moltinedo,
Obispo de Palencia, que se digne concederles la tan deseada independencia,
y nombrarles Cura con el carácter de Párroco o propio del
lugar de La Mudarra. Dicho señor Obispo accediendo a los deseos
de este vecindario, les concede tal favor y nombra Cura párroco
a don Francisco Gregorio García, natural de Valdenebro y Beneficiado
de Mucientes, habiéndole conferido la institución Canónica
de la Iglesia del Rosario de la Mudarra; y desde entonces esta Iglesia
deja de ser filial o hijuela de la de Santa María de Medina de Rioseco.
Más como en el año 1798 y anteriores los vecinos de este
Barrio pagaban puntualmente sus rentas y cargas a dicha Ciudad, por esta
puntualidad les toleran algunos derechos de independencia y nombran Ayuntamiento
completo, siendo Alcalde Francisco Mozo.
Puestos de acuerdo los dos
Ayuntamientos, convinieron en que el pueblo de La Mudarra habla de dar
anualmente a la Ciudad de Medina de Rioseco un Canon o foro por la cesión
de terreno que esta Ciudad hace al referido pueblo de La Mudarra, como
término municipal. Este Canon consistía en pagar 85 fanegas
de trigo con mezcla de centeno, una gallina y una jarra de agua; para indicar
que la Ciudad de Rioseco se reservaba su derecho de Señorío
sobre el citado pueblo.
El régimen administrativo
no sufrió alteración hasta principio de Enero de 1808; cuyo
cambio fue debido a que el señor Cura don Francisco Gregorio estuvo
enfermo, dos años, hasta que murió, y en el tiempo de su
enfermad le suplían los Padres Franciscanos del Convento de Valdeescopozo;
y por esta razón prescindieron de las partidas de nacimientos y
matrimonios y cuentas de fábrica de 1808 y de 1809.
Por este tiempo tuvo lugar
la invasión francesa; quiénes al pasar por este pueblo en
dirección a Medina de Rioseco, se apropiaron de los bienes de esta
vecindad y profanaron el templo y vasos sagrados. Todo ello fue causa de
la decadencia de este pueblo.
Una vez que tuvo lugar la
muerte de este señor Cura, en Febrero de 1810 es sustituido por
un nuevo Párroco, don Ignacio Mateo Aguilar. quién dio pruebas
de su extremado celo. Suplió las partidas olvidadas- subsanó
las faltas de las cuentas de fábrica y reparó la profanación.
En este estado se siguió
pagando con puntualidad el Canon. hasta que en el año 1866 el activo
y culto vecino Fulgencio Gregorio Ister hizo la redención en nombre
del pueblo y por valor de 11500 pesetas y desde entonces quedó como
propio el término municipal. Más no con esto terminó
la desavenencia entre los dos Ayuntamientos; puesto que después
se disputaban el derecho de pastos, hasta que en el año 1884 se
interpuso por el Ayuntamiento de La Mudarra juicio de reclamación
de derecho exclusivo de pastos ante la Audiencia Territorial, siendo defensor
el inmortal D. Felipe F. Vicario, que alcanzó la independencia completa
de su pueblo defendido.
TOPOGRAFÍA DESCRIPTIVA
Si un viajero, desde la estación
del ferrocarril o carretera, contempla por un momento y mira el pueblo
de La Mudarra, le resultará ver un pueblo pequeño, pintoresco
y alegre, formado de un grupo de casas blancas, desiguales en altura y
apiñadas, situadas sobre un ligero plano inclinado y que forman
hexágono irregular.
Dista de Valladolid 24 kilómetros y de
Medina de Rioseco 16 kilómetros. Tiene buenas vías de comunicación,
tanto por ferrocarril económico de la capital a Rioseco, como por
la carretera de Madrid a Gijón.
Su altitud es de 822 metros sobre el nivel del
mar. Tiene 466 habitantes. Sus calles son cortas, no guardan simetría
y se presentan en todas direcciones, de suerte que en conjunto forman un
laberinto.
Los edificios públicos, como son la Iglesia,
casa Ayuntamiento y Escuela, están sólidamente construidas
y en armonía con la arquitectura de sus primitivos tiempos.
Hay muchas casas particulares, que para pueblo
son regulares. En algunas se deja ver el sello de su antigüedad o
fundación del pueblo.
Su clima es frío, y
el aire que más predomina es el N. E. Por estas circunstancias las
enfermedades más reinantes en La Mudarra son: congestiones e inflamaciones
laringo-bronquio-pul monares y exacerbación en las lesiones cardiacas;
porque se sabe que el frío ejerce un gran estímulo sobre
la mucosa del aparato respiratorio, y como, ubi est estímulus, ibi
es afiuxus, resulta pués presentarse acúmulo preternatural
de sangre en dicho aparato; cuya consecuencia inmediata es la reabsorción,
y a continuar viene el estado flogístico.
El estado congestivo bronco-pulmonar
constituye un obstáculo a la circulación; y en este caso
el muzarlo cardiaco se ve precisado y obligado hacer mayor esfuerzo, para
cumplir su misión.
TIENE RICAS Y ABUNDANTES FUENTES.
1.ª La del pueblo, que
se halla a su extremo S., la constituye un caño piramidal con cuatro
boquillas de anchos diámetros, por cada una de las que sale una
cantidad considerable de agua cristalina, fina y potable. De ella se surte
todo el vecindario, y la utilizan para sus ganados con un sobrante de caudal
extraordinario.
2.ª A la parte E., del
pueblo, tocando a sus muros y en uno de sus pequeños ramales de
origen del Valle, se encuentra la fuente de Porras, que tiene un manantial
tan considerable, que más bien que manantial ha de llamarse desembocadura
de tina corriente o arroyo subterráneo, que se abre paso por un
banco de piedra de regular espesor. Si su caudal de agua, es grande, no
es menor su condición de pureza.
3.º En el segundo ramal
de origen del valle y a cien metros del pueblo hay otra fuente, llamada
de Olivete, la que no siendo de gran caudal llama la atención por
sus marcados efectos terapéuticos. Si su composición químicamente
no se conoce, prácticamente se sabe que tiene algo de parecido a
la fuente Sayud de Castromonte.
4.º Llama la atención
en este término municipal el frondoso y alegre valle, que teniendo
dos puntos diferentes de origen, después de un pequeño trayecto
se convergen en ángulo recto, circunvala la mayor parte del pueblo
y sigue su dirección a Peñaflor.
5.º También se
deja ver en la periferia de este pueblo el principio del río Hornija,
el que naciendo de las dos fuentes reseñadas Porras y Olivete, sigue
y recorre el hermoso y prolongado valle. Aunque parece ser río de
poca importancia sin embargo a los dos kilómetros de recorrido hay
un molino harinero; a los cuatro tiene y presenta un gran salto de agua,
llamado el Batán, donde según proyecto ha de instalarse una
fábrica eléctrica. Pasa dicho río Hornija por Peñaflor,
y sigue por Torrelobatón, Gallegos de Hornija, Vega de Valdetronco
y termina en San Román de la Hornija, donde se une al Duero.
La fuente Porras ¿Por qué ha
recibido este nombre?
Puede darse tina razonable
interpretación de lo que significa el nombre Porras. A poco que
nos remontemos por el campo filosófico, y haciendo uso de una lógica
ingeniosa y admisible, podernos aproximarnos a la significación
de la palabra Porras. Cuando tiene lugar un copioso aguacero, cuando se
presenta una extraordinaria cosecha de vinos, cuando a una entidad le ha
correspondido el premio gordo de lotería, como aforismo de la lengua
se dice: que porrada de agua, que porrada de vino, que porrada de pesetas
ha correspondido al pueblo B. De suerte que es admisible que se diga la
fuente Porras, o se llame así por la porrada de agua que da su manantial.
Esta es mi opinión.
Hijos y vecinos de La Mudarra.
Si este pueblo es un viejo patrimonio que os dejaron sus fundadores, y
si su término municipal es un legado, que os han hecho las personas
ingeniosas y más cultas de este pueblo, a ellos debéis de
dirigir un recuerdo de gratitud.
Antes de terminar esta topografía, he
de incluir en ella, como apéndice, una reseña de la procedencia
de los apellidos de más uso en este pueblo, y además una
lista detallada de los señores curas habidos en él, desde
su fundación hasta nuestros, tiempos.
SEÑORES CURAS DE LA MUDARRA
1.º Año 1679, don Manuel Marcos Otero,
estuvo 4 años.
2.º Año 1683, don Marcos Martín
Villanueva, 4 años.
3.º 1687, don Tomás Betegón,
5 años.
4.º 1692, don Francisco Casado Velasco,
10 años.
5.º 1702, don Manuel Blanco Quirós,
18 años.
6.º 1720, don Andrés Francisco, 4
años.
7.º 1724, don Francisco Ayala, 1 año.
8.º 1725, don José García,
Campuzano, 40 años.
9.º 1765, don Lucas Álvarez, 1 año.
10.º 1766, don Bernardo Javier Barrio, 19
años.
11.º 1785, don Francisco Martínez
Escalera, 1 año.
12.º 1786, don Juan Rodero, 4 años.
13.º 1790, don Juan Antonio Escobar, 3 años.
CURAS PÁRROCOS
1.º don Francisco Gregorio García,
tomó posesión año 1793, estuvo al frente de la Parroquia
17 años.
2.º 1810, don Ignacio Mateo Aguilar, 5 años.
3.º 1815, don Manuel Núñez
Román, 6 años.
4.º 1821, don Valeriano Rodríguez,
ecónomo, 2 años.
5.º 1823, don Tomás Blanco, ecónomo,
1 año.
6.º 1824, don Antonio Alonso Mena de Meneses,
y dejó de ejercer por enfermedad el 1.º de Noviembre de 1868,
44 años.
7.º don Melitón Pérez Ayala,
cura teniente del propietario empezó el 28 de Diciembre de 1868,
y dejó de servir 1870, 2 años.
8.º don Laureano Díaz Aguado, teniente
del propietario, empezó el 25 de julio de 1870 y cesó el
año 1876, 6 años.
9.º don Rafael Montero Abad, ecónomo
por defunción del propietario, estuvo desde el año 1876 al
año 1878.
10.º don Manuel Martínez, párroco,
empezó a ejercer en el año 1878 y cesó por defunción
el año 1886
11.º Licenciado don julio Bejón Macías,
ecónomo, empezó en el año 1886 y cesó en el
cargo en el año 1887, 1 año.
12.º don Luciano Alonso, ecónomo,
desde el 1887 al 1889, 2 años.
13.º don Miguel Gómez, párroco,
del 1889 hasta el 1903, 14 años.
14.º don Francisco Cartón, párroco,
del 1903 al 1915, 12 años.
15.º don Eduardo Martín Casupano,
ecónomo, cuatro meses y medio.
16.º don Silviano Caballero, entró
como ecónomo el día 1 de Noviembre de 1915 y cesó
de su cargo en el día 5 de Diciembre de 1916.
17.º don Benito Cea, empezó el día
5 de Diciembre de 1916.
DEDICATORIA
A vosotros, simpáticos y queridos vecinos de La Mudarra, a vosotros todos y en particular a mi inolvidable amigo don Valentín Gregorio Vázquez, como primera Autoridad de este pueblo, dedico estas pocas y modestas páginas, como prueba de gratitud y de aprecio; para que en ellas veáis reflejados, aunque con imperfección, algunos datos, que de suyo son curiosos; porque atañen al origen vida y progreso rápido de vuestro pueblo natal.
Convencido estoy de que este Trabajo, que presento a vuestra consideración, no tiene mérito literario alguno; pero en cambio está saturado del penetrante fluído electro-magnético del Cariño.
Acoged con placer esta pobre ofrenda, que os servirá como recuerdo
de este humilde Médico de La Mudarra; en la inteligencia de que
si así lo cumple este culto vecindario y el digno alcalde, como
lo espero; entonces... se dará por muy honrado y satisfecho vuestro
afectísimo amigo y seguro servidor,
Mariano Pérez.
La Mudarra, 1º de Noviembre
de 1916.
La información contenida
en esta página procede del cuaderno-libro "Topografía de
La Mudarra" escrito por D. Mariano Pérez en Noviembre de 1916.
Todos
los contenidos y referencias son de la época y, todos los comentarios
y opiniones en primera persona son, por tanto, de D. Mariano. Aunque he
corregido algunos errores tipográficos y diferencias ortográficas
entre aquella época y la actualidad.